UN ENCUENTRO CON LA MADRE TERESA DE CALCUTA CAMBIO LA VIDA DE ESTE CONOCIDO SCOUT / JEFE SCOUT NACIONAL DE LOS SCOUTS DEL REINO UNIDO
El conocido aventurero de televisión confiesa que la fe «es su columna vertebral» y el «pegamento de su familia». Un grave accidente y la Madre Teresa le cambiaron la vida
Bear Grylls es un superviviente. Conocido en todo el mundo por sus
exitosos programas de televisión en los que ha sobrevivido a duras
experiencias en el desierto, la selva o en el Ártico, este británico
reconoce que no sería nada sin su fe. De hecho, su ejemplo a seguir es
el de otra aventurera, pero muy distinta a él: la Madre Teresa de
Calcuta.
Conocido por ser el protagonista de ‘El último
superviviente” en canales como Discovery Channel o Cuatro, anteriormente
fue miembro de las fuerzas especiales de Reino Unido y es una de las
personas más jóvenes que ha conseguido escalar el Everest. Sin embargo,
lejos de vanagloriarse por todos sus éxitos, Grylls dice apostar por las
cosas más sencillas: “mi fe, mi familia, mis niños”.
“La fe ha sido una fuerza silenciosa en mis aventuras”
Este aventurero, que se rompió la espalda en un salto en paracaídas,
asegura que sus experiencias en la naturaleza y en el Ejército le han
demostrado que un hombre orgulloso nunca dirá que necesita ayuda pero
“yo ya no tengo miedo de admitir que sí necesito ayuda”. Es por ello por
lo que afirma que “mi fe cristiana ha sido una gran fuerza silenciosa y
una sólida columna vertebral a través de estas aventuras”.
A
pesar de que siempre ha creído en Dios, Bear Grylls tiene siempre muy
presente un acontecimiento que realmente cambió su vida y su percepción
de las cosas. Acostumbrado a ver lo más espectacular de la tierra se dio
cuenta de que la verdadera fuerza está en lo aparentemente más débil.
El acontecimiento que cambió su vida
Habla de la beata Teresa de Calcuta. “Cuando visité su lugar de trabajo
en Calcuta me conmovió sobremanera ver a una señora tan pequeña que
pudiera irradiar tanto amor en una ciudad con tantas penurias”, asegura.
“Me demostró que lo que realmente importa son las relaciones con
las personas” y lo que una persona recibe cuanto más se dona a otra. “Su
cara era la luz personificada y ninguna cantidad de dinero puede
comprar esa luz”, relataba a Catholic Digest Magazine.
Grylls
siente una relación muy cercana con Dios y lo ve en todas las
actividades que realiza por todo el mundo. “Se trata de ser capaz de
escalar las montañas más grandes del mundo junto a la persona que las
creó”.
El Ángel que se apareció en la embarcación
En sus
aventuras al borde de lo imposible afirma tener muchos momentos de
oración. Pero hay uno que recuerda de manera especial. Durante una
expedición debían atravesar en un bote inflable el Océano Ártico. Un
gran vendaval con lluvia, viento, granizo, olas gigantes les salió al
paso mientras caían a su alrededor grandes bloques de hielo. “Realmente
deberíamos haber muerto”, admite Grylls, que añade que “durante la
noche, Nige un miembro del equipo y que no era creyente, vio un Ángel
sentado en la parte delantera de la embarcación”. A pesar de las
terribles condiciones que sufrieron durante dos días llegaron a su
destino a salvo y dando gracias por el don de la vida. “Nige encontró
una fe maravillosa después de ese acontecimiento”.
Este
conocido personaje televisivo no se avergüenza públicamente de su fe,
más bien al contrario, siempre que puede la define como su “columna
vertebral”. “Cuando era niño nunca cuestioné a Dios. Yo sólo sabía que
Dios existía y que era mi amigo”. Sin embargo, reconoce que no siempre
le ha sido tan fácil creer cómo cuando era un niño.
“Recuerdo haber
tenido un momento en el que algunos buenos amigos me dieron la espalda
de una manera muy desagradable”, recuerda. Sólo le quedaba una solución:
una noche rezó y le dijo a Dios, “si eres cómo yo te conocía de niño,
¿serías de nuevo ese amigo No fue más complicado que eso. En realidad,
lo más sorprendente es que todo lo que Dios nos pide es que le abramos
la puerta y Él hará el resto”.
A pesar de esta aparente fe
infantil, Bear Grylls no ha dejado de buscar respuesta a sus preguntas y
de intentar tener una fe madura. Por ello, es un gran partidario de los
cursos Alpha, charlas de diez semanas de duración en las que se
profundiza en distintos aspectos de la fe y que tienen millones de
seguidores por todo el mundo. En estos cursos se responden preguntas
tales cómo cuál es el papel de la Iglesia, cómo nos guía Dios o por qué y
cómo rezar, entre otras..
En su experiencia este intrépido
aventurero confiesa que “he visto como Alpha ha tocado a muchas
personas” y “he visto a muchas personas encontrar una fe sencilla a
través de ellos y quiero recomendarlo porque me ha ayudado un montón”.
“Sólo Dios nos ama”
A su juicio, “a veces es difícil creer, realmente creer, que Dios se
preocupa y quiere cosas buenas para nosotros (…) que en realidad Él sólo
nos ama y que sólo quiere que estemos con Él”.
¿Por qué la
gente se aleja de la fe? La gente busca la felicidad pero no sabe dónde.
“Todavía no he conocido a nadie que no quiera ser perdonado o encontrar
la paz y la alegría en su vida. Intentan un montón cosas y piensan que
las mujeres o el alcohol o lo que sea les va a llenar, pero no les
llena” porque sólo Dios da esa plenitud en la vida.
"El pegamento que nos mantiene unidos"
Esta fe que tanto le ha ayudado en su trabajo también lo ha hecho en su
familia. Bear está casado y tiene tres hijos. Asegura que la fe “es el
pegamento que nos mantiene unidos a través de muchas luchas que la vida
nos lanza”. “La fe nos ha sostenido”, afirma con sinceridad. “Llevamos
casados más de diez años y mirando atrás pienso que sería muy difícil
que estuviéramos juntos sino fuera por la fe”.
Es por esto por
lo que añade que “los dos perdimos a nuestros padres cuando nos casamos y
el apoyarnos en nuestra fe nos ha unido más. Rezamos con nuestros hijos
y ellos oran por nosotros y es un gran vínculo el que nos une”. “Me
encanta mi familia, mi fe, mis niños”, dice orgulloso este aventurero de
nacimiento.
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"Trixie"
fue una niña, una Guía que siempre se esforzó por cumplir con su
promesa y por estar Siempre Lista para ayudar a los demás.
"Trixie" creció con las historias que su abuela Guillermina le contaba
sobre aquel simpático hombrecillo inglés con bigotes que había visitado
su país en 1937 junto a su esposa Olave, y que ella había tenido el
gusto de conocer en el último Jamboree al que asistió.
Con los años "Trxie" creció, y con el ella, el espíritu vivo de su promesa y su servicio para con los demás.
Ayer (30/Abr/2013) "Trixie" cumplió con 33 años de servicio a su país como Su Majestad Beatrix de los Países Bajos.
Texto cortesía de Juan Davila, editor de "Ventana de mi Corazón".