La proyección de un amplio mapa fílmico sobre la fachada del edificio del
Tribunal Supremo
que mira a la plaza de la Villa de París inaugura a las diez de la
noche de este jueves las Jornadas de puertas abiertas. Han sido
organizadas por la alta magistratura judicial en su sede madrileña para
evocar un acontecimiento: el incendio del palacio judicial, que lo
devastó casi al completo hace ahora un siglo y destruyó un rico ajuar de
obras de arte que en su interior atesoraba. Como quiera que un grupo de
exploradores, que así se llamaban entonces en Madrid los
boys scouts,
intervino de forma comprometida en las labores de extinción, las
jornadas prevén para este viernes, a las nueve de la mañana, un breve
homenaje: un grupo de 35 boys scouts madrileños del grupo Everest 194,
de modo simbólico, recogerá el tributo dedicado a la memoria de sus
compañeros, por su comportamiento valiente y decidido, encomiado
entonces por la prensa madrileña de 1915 y calificado de heroico.
La sede de los exploradores en un piso de la calle del General
Castaños, contigua al Palacio de Justicia en llamas, movilizó a los
muchachos que, de paisano, participaron en las fatigosas tareas de
acarreo de agua, aviso y servicio de orden.
Esta noche, la proyección del mapa, que tendrá cinco pases cada media
hora, consistirá en un espectáculo de luz y color donde se cuenta con
un relato visual trepidante lo que acaeció entonces, en un incendio
cuyas causas, aún hoy, se desconocen.
A las Jornadas de puertas abiertas, que se prolongan hasta el sábado,
la alta magistratura judicial invita a asistir a todo el vecindario del
barrio que, hace ahora un siglo, junto con los exploradores, colaboró
con los bomberos en la extinción del incendio que devastó el edificio.
Hasta 50 de las mejores fotos que registraron aquel evento, en su
mayoría realizadas por el gran fotógrafo Alfonso y otras por reporteros
gráficos del diario Abc, se muestran al público en la antesala del salón
judicial de plenos. Varias fotografías del diario madrileño
representaban el momento en el cual los pequeños exploradores, tocados
por sus sombreros de ala ancha al modo de los policías montados
canadienses, reciben con su peculiar saludo el pase de revista que el
rey Alfonso XIII realiza ante ellos, saludándoles a su misma manera.
Cómo era España
El viernes 11 de septiembre, una conferencia-debate evocará cómo eran
España, la justicia y el arte en 1915, así como los detalles de aquel
incendio, señaladamente los concernientes a la trayectoria posterior a
la supuesta destrucción por el fuego del cuadro Desembarco de Fernando
VII en el Puerto de Santa María. El lienzo, de 7,6 metros de longitud
por 4,30 de altura, fue obra del pintor neoclásico José Aparicio Inglada
y tiene su historia.
Contrariamente a lo que se afirmó en un principio, el lienzo no fue
destruido por las llamas, sino que décadas después apareció fragmentado
en una veintena de trozos en poder del marqués de Cerralbo. El político
carlista, prócer, mecenas y coleccionista de arte, aseguraba haberlo
adquirido, ya troceado, en el Rastro. Lourdes Vaquero, directora del
Museo Cerralbo, es una de las invitadas al coloquio, que se promete muy interesante.
Para los niños, los organizadores tienen previsto escenificar, en la
mañana del sábado 12, una suerte de resurrección de la reina Bárbara de
Braganza, esposa de Fernando VI, quien mandó edificar el palacio de Las
Salesas donde reside el Tribunal Supremo. Y otros actores representarán a
un juez y a un fiscal en una sala de vistas, donde se desarrollarán
pequeños juicios con los niños “con el propósito de que vayan
acercándose al conocimiento de sus derechos, así al de los límites que
no deberían traspasar si pretenden ser gente honesta”, dice una portavoz
de la alta magistratura.