El recuerdo del Salesino Juan López Sevillano perdurará para siempre en el corazón de las generaciones de jóvenes que pertenecieron al grupo Scout Caph de Llaranes, Llaranes es un barrio de la ciudad asturiana de Avilés (Asturias).-
Los scouts despiden a Juan López Sevillano, su fundador
Centenares de personas se reunieron ayer en la iglesia de Santa
Bárbara de Llaranes para decir adiós al profesor del colegio Santo Ángel
O. GONZÁLEZ
AVILÉS
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El recuerdo de Juan López Sevillano perdurará para siempre en el
corazón de las generaciones de jóvenes que pertenecieron al grupo Scout
Caph, que él mismo había fundado. Una gran representación de sus
alumnos, algunos ataviados con el uniforme y otros con el sencillo
pañuelo rojo distintivo de la agrupación al cuello, se reunió ayer en la
iglesia parroquial de Santa Bárbara de Llaranes para decir adiós y
rendir un último homenaje al salesiano, fallecido este viernes en Oviedo
a los 70 años.
No solo la familia de los Scout Caph sintió de forma especial la
pérdida de una de las personas que más esfuerzos ha puesto en el
desarrollo de formas sanas de ocio juvenil en la villa. La comunidad
educativa del colegio Santo Ángel, vecinos del barrio y personalidades
destacadas de la vida cultural avilesina también contribuyeron a llenar
ayer la parroquia. Algunos incluso se desplazaron desde sus lugares de
residencia fuera del Principado para poder despedirse de Juan López
Sevillano.
El salesiano había nacido en nació en Zamora en 1946 y se ordenó
sacerdote en el año 1975. Antes había estudiado en los propios
salesianos y se había formado en los campos de la Teología y de la
Filosofía en Salamanca y Medina del Campo respectivamente. Después de un
breve paso por Barcelona recaló en Llaranes, donde empezó su trabajo
con los jóvenes del Centro Escolar de Ensidesa y en el Centro Juvenil
Don Bosco.
En 1976 fundó el grupo Scout Caph, sin duda una agrupación que ha
marcado la juventud de muchos avilesinos. Los responsables de la
organización no tuvieron más que palabras de agradecimiento para la
labor del sacerdote, al que se refirieron como «un mentor, padre, y por
encima de todo un amigo». Desde el viernes el grupo está huérfano.
Entre los años 1982 y 1993 desarrolló la docencia en el colegio Santo
Ángel, y después extendió su sabiduría por colegios de Galicia y
Castilla y León. Ya en 2001 regresó a Avilés como profesor de religión,
coordinador pastoral, jefe de estudios y gran animador cultural. Entre
su labor destaca la celebración de colonias, jornadas y encuentros. A
sus scouts les toca ahora secarse las lágrimas y continuar su legado.