Acampada de San Jorge 21987 en Láchar (Granada) a nivel de toda Andalucía, el San Jorge con más participación.
ICCS - CICS
En conversación con el Consiliario Mundial de la Conferencia Internacional Católica de Escultismo-CICS con motivo del 24 de enero de 2021, "Día Internacional de la Educación", que se celebra el mismo día en que Baden-Powell publicó el libro Escultismo para Muchachos.
"En un campo de tiendas donde se abraza la diversidad"
25 de enero de 2021, por por Giordano Contu, para el Observatore Romano.
Los scouts viven la familia humana. Aprenden a hacerlo pasando tiempo juntos en la naturaleza, que es la casa común donde aprenden a cocinar, a hacer una cama y a construir todo lo que necesitan. En torno a las tiendas de campaña ya no ven las casas y no se distingue un estilo arquitectónico de otro. No hay los límites de la ciudad sino únicamente los árboles, el cielo, el sol. Descubren que la creación no tiene fronteras y ya no recuerdan si son italianos, senegaleses o japoneses. “Haciendo escultismo aprendes a implicarte en la vida, a vivir en comunión, a servir a las personas como un movimiento íntimo del ser que se concreta con la promesa de servir a Dios, a los demás ya ti mismo”. Así lo contó a "L'Osservatore Romano" el padre Jacques Gagey, consiliario mundial de la Conferencia Internacional Católica de Escultismo (CICE), entrevistado con motivo del Día Mundial de la Educación, que cada 24 de enero celebra la importancia del aprendizaje en cualquier contexto.
“El escultismo –afirma el sacerdote– es el símbolo de la humanidad entendida como una familia que abraza la diversidad, sea cual sea la religión, y en la que Dios es el Padre de todos los hombres”. A diferencia de la escuela donde hay una pedagogía estructurada para la enseñanza, el método educativo scout es simple y forma el carácter de los jóvenes. Todo se resume en el compromiso y la promesa de ser responsables juntos de la casa común: “¿Por qué convivimos? ¿Por qué jugamos? ¿Por qué comemos juntos? ¿Por qué te ayudo? ¿Por qué somos amigos? ¿Por qué pertenecemos a la familia humana y somos todos hermanos?”, explica el capellán. Los valores educativos "vienen después y se inspiran en este sentido espiritual de hermandad que nos empuja a saborear la vida". Hoy en día, a muchos padres les gusta enviar a sus hijos a hacer escultismo. “Confían –subraya– y piensan que es una seguridad porque ofrece una oportunidad de sentirse vivos y responsabilizarse de aquello que hacen”. Los jóvenes tienen en sus jefes, poco más mayores que ellos, modelos de vida tangibles, "ven cómo han crecido y pueden proyectarse mirándolos”.
Con los muchachos el padre Jacques ha comprendido hasta el fondo la importancia de sus estudios sobre la interioridad: “Hoy los jóvenes siguen interesándose en el discurso religioso y en sus valores, pero ven una realidad más compleja y rica de diversidad. Son arrollados por estímulos provenientes de todo el mundo y de otras culturas”. Esto se debe en parte al progreso tecnológico y en parte a los flujos migratorios. "No es fácil, como antes, decir las cosas con claridad, saber cómo vivir o aplicar un discurso", añade el sacerdote scout, porque "aunque escuchen a los ancianos, estos representan un mundo pasado, demasiado italiano o demasiado francés", restringido dentro de ciertos límites, poco global. Los adultos piden explicaciones, pero los chavales no tienen tiempo de explicarse. “El joven tiene una moral muy fuerte. Percibe las cosas, sin poder defender esa riqueza que lleva dentro. Múltiples estímulos generan una actividad íntima que no se expresa con palabras. Tiene una interioridad tan animada, donde esconde un profundo misterio de la vida, que los adultos no lo ven: es más sensible a la diversidad y ve el mundo como su familia. Urgido por muchos, no sabe exactamente a dónde ir porque hay multitud de posibilidades.”
Para darle las respuestas que busca la religión, se coloca en un nivel preverbal, explica el consiliario: en el interior se concreta la promesa de la que el joven scout es aún más responsable que los adultos porque, al estar mucho más conectado, él es el garante de un horizonte de vida muy amplio. Esto le da alegría aunque desconozca la meta de su camino. "El escultismo es la vía para ser buenos católicos", dice Gagey. Como en la promesa, la fe también debe materializarse en una acción real. Cuando hay un problema, el scout se levanta, se ofrece, sin discutir demasiado. "Si tiene problemas, se va a preocupar por los de los demás sin pensar en los propios", dice el sacerdote francés. Esto nos permite progresar en la fraternidad con Jesús como compañero de viaje. “Es una forma de vida que responde a una llamada incluida en el Evangelio. Jesús dice que nuestra familia no es tan grande como la de Dios, por lo que no tenemos que trabajar limitándonos a este pequeño mundo. El escultismo no requiere ninguna reflexión profunda sino generosidad y amor por los demás, es un hacer, es una organización sencilla y responsable más que intelectual”.
Con la pandemia las principales reuniones scouts nacionales e internacionales se han cancelado. Se han cerrado escuelas y oratorios. Algunas familias, expertos y alumnos temen que la educación a distancia haya empobrecido la enseñanza, con el riesgo de perder una generación de chavales. ¿Qué valores tendrán los futuros ciudadanos? Según el padre Jacques, "de esta situación los jóvenes pueden beneficiarse para su desarrollo personal, porque están alejados del flujo continuo de tensiones que exigían un compromiso continuo". El sacerdote se refiere a la diferencia entre la enseñanza, que imprime el conocimiento, y la educación, que es como una levadura que hace emerger los valores. “Les gustaría mantener a los jóvenes alejados de demasiados estímulos, dándoles muchas nociones que les permitan afrontar una enorme cantidad de retos. Creo que, si comen demasiado, después no lo digieren”.
Según el capellán, se deben distinguir dos intenciones educativas: por un lado, la formación de los jóvenes, por el otro la finalidad económica. “Algunos actúan como educadores como si esto realmente les permitiera controlar sus propias vidas y convertirlos en dueños de sí mismos. Es una ilusión de los adultos: creen que este flujo debe controlarse, pero los chavales no le temen a esta enormidad. Quieren crear una comunidad mundial en la que haya cada vez más bienestar, pero yo no creo mucho en esta idea”.
En el último año muchas personas han perdido sus trabajos, han visto caer sus ingresos y han pasado mucho tiempo sin hacer ninguna actividad remunerada, pero han redescubierto la vida familiar, la amistad, la comunidad, Dios. Es bueno recordar esto en este Día Mundial de la Educación que se celebra el mismo día en que Robert Baden-Powell publicó el libro Escultismo para Muchachos, con el que fundó el movimiento scout. Un campamento de tiendas es un "lugar seguro" donde puedes perderte en la naturaleza sin perderte en malas compañías o caminos autodestructivos. Vivir de cosas sencillas y volver a casa alegre, exuberante y lleno de vida. Esto es el método scout que educa en la vida cristiana. "Los sacerdotes quieren hacerles más creyentes y los educadores más autónomos –concluye Jacques Gagey– pero yo digo que mejor dejarles vivir y descubrir la vida”.
por Giordano Contu
San Jorge 2002, última Misa en un San Jorge del Consiliario Scout don Carlos Moreno, que falleció el 29 de agosto de ese año.
“Militia est vita hominis super terram”
La vida del hombre sobre la tierra es milicia (Jb 7, 1-4.6-7)