"Honradez necesaria", Carta al Director de Antonio Alaminos en varios diarios como 'IDEAL de Granada', 'La Verdad de Murcia', 'Información de Alicante', 'Diario de Cádiz', 'Diario Córdoba', 'La Tribuna de Albacete', 'Diario de Extremadura', 'Diario de Burgos', 'Diario Palentino, etc, etc...; Miércoles 6, Jueves 7, Viernes 8 y Domingo 10 de Marzo de 2024.
Honradez necesaria
Sr. Director: La honradez parece ser un misterio. Hay personas que no la
entienden y no es un valor a seguir. Hay políticos, y sus entornos, que parecen
que la evitan. Sin embargo, la honradez, al igual que la veracidad, el espíritu
de servicio, la solidaridad con las personas que tienen alguna necesidad o la
humildad, son principios muy necesarios para todas las personas: en la vida
familiar, laboral y social. Y no digamos para la condición de persona
política, dónde el ejemplo debe ser cabal. El amor y la honradez, en el fondo y
en la forma, son un binomio inseparable. Si no hay honradez no hay amor y
se chapotea en el egoísmo.
La honradez no se debe evadir si se quiere vivir una vida honesta, aunque
haya situaciones que no se controlan del todo. Entonces, ¿cómo afrontarla? Hay
que hacer altos en el camino y reflexionar sobre lo importante en cada vida a
medio-largo plazo; y no tanto sobre lo inmediato que reclama la atención
inminente. Hay que pensar en los porqués de las cosas, en su sentido, y priorizar
bien. De esta forma, la honradez une su paso a lo importante y pone a cada
persona en predisposición de cumplir con su deber.
Si se opta por la seguridad en los
ideales, la honradez tiene que formar parte del carácter de cada uno. Solo así
se puede contestar con cierto sentido a las preguntas esenciales del sentido de
la vida. Si no las experiencias ¡son una duras maestras! Véanse las hemerotecas
y los archivos televisivos; y escúchese las fonotecas, no tienen desperdicio, a
este respecto. Siempre, ante la falta de honradez, es necesario cambiar algunos
chips de la personalidad en profundidad. Pensar en los demás, descentrar los
sentimientos del poderoso yo que constantemente atrae con fuerza una y otra
vez, a modo de imán, pero que no engrandece como persona. ¿Qué memoria quedará
para el futuro de cada quién?
Hay que levantar la vista de los juegos
partidistas y mirar a los otros. Y si se vuelve a los consabidos circuitos, el
quid está en cada uno: hay que apartarse o hay que salirse. Sobre todo si,
repetidamente, tiran del velo de las apariencias y colocan a cada cual delante
de su realidad. Se acabaron las excusas y las trivialidades. Honradez.
ANTONIO
ALAMINOS LÓPEZ